Texto de Raúl González Tuñón incluido en el libro "Para un tiempo de fábula" de Guillermo Cantore en ocasión de su primera edición. (carta a Horacio Arévalo)
"Amigo Arévalo :
Cada escritor, como cada pintor, etcetera, es su mundo, se ha dicho. A él poco debe importarle lo que otros digan. Usted me ha pedido una opinión por el libro de nuestro amigo, y ahí va, aclarando, pues, que no es la de un entendido o crítico- felizmente no lo soy, soy cronista… Y soy, sí, un espectador, un lector con suficiente sensibilidad para captar un mensaje (término éste que uso con cautela, no confundiendo con la manoseada salida ) cuando es auténtico.
Estas fábulas, como capítulos -cada cual con su perfil propio, con su problema - de una extraña novela con rasgos vehementes de nuestra latitud y nuestro tiempo, y sus proyecciones, configuran para mí un enlace cabal de realidades y símbolos, mezcla de esa acción-sueño reclamada por Baudelaire. Integran un libro que me ha cautivado. Libre por la forma, en un rico y ágil lenguaje de síntesis expresiva, en el esplendor de sus imágenes, atravesado por ráfagas civiles, con ambientes y personajes apenas insinuados y otros invisibles (como en ciertos cuadros sugestivos que nos hacen suponer figuras moviéndose tras la tela), y de palpitante interés humano por su contenido. Su aliento dramático no tiene nada que ver con la deliberada agresividad y aspereza de cierta literatura al uso, de moda - no moderna-.
Parafraseando a Rimbaud yo diría que se trata de un "vrai poème", pero, claro, quien lo escribió no pide nada prestado a la poesía; hemos dicho que hay una actitud poética, un sentido poético de la vida y la literatura, característicos de todo creador verdadero. Y aquí asoma ésto, aunque el autor no se lo haya propuesto. ¡Salud! " Raúl González Tuñón. |
.
|
1 comentario:
Dime Madopita, tienes alguna edicion de estas manos mias?
Publicar un comentario